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Pensamientos de una mujer

Cazando fantasmas

Un día me dijiste que yo no te queria a ti, que quería las cosas que hacías tu por mi.. y ahora, a mas de un año de distancia, esas palabras me han caminado mi cabeza una y otra vez... cuando lo pienso me doy cuenta que extraño muchas cosas,  y no son de ti, probablemente no te extrañe a ti; tampoco extraño cosas que hacías, más bien lo que compartíamos... Extraño cuando compartíamos abrazados el sillón viendo la tele, extraño abrazar los dedos gordos del pie, extraño cuando ibamos al cine, extraño caminar tomada de tu mano, extraño cuando ibamos a bailar... y así puedo continuar con una larga lista. Todas ellas, no son cosas que hacías por mi y quizá tenías razón, tampoco es tú propiamente dicho, como tu pelo, tus ojos, tu voz... quizá tenías razón y yo no te quería, porque no quería a la materia, esa que cambia con los años y que nunca vuelve a ser lo que era; yo quería a la escencia encerrada en esa materia, aquella que se compartía y esa... es la que extraño.

Ahora, cuando te veo, no te reconozco, veo la piel, los ojos, el cabello...

La distancia se ha vuelto tanta que mis recuerdos se vuelven fantasmas, energías vagando de lo que alguna vez fueron, pero ya no son más...

Hoy  me quedaré sentada en el muelle, con la brisa fresca del mar, la noche con pocas estrellas y mi fantasma encantado por compartir, pues por hoy lo he vuelto a atrapar. 

Pensando sobre el pensamiento crítico

El pensamiento crítico nos ayuda a formularnos un criterio respecto a algo y por lo tanto una opinión y postura ante eso. Pero ¿puede nuestro criterio estar errado? la única forma de saberlo es aplicar el pensamiento crítico para evaluarnos una y otra vez. El entorno cambia y por ello, nuestras ideas pueden cambiar también o quizá no deban de hacerlo, pero para saber si sí o no, hay que emplear todas las herramientas críticas a nuestro alcance. De no hacerlo nos condenamos a creer que tenemos la razón, total y absoluta. ¿Acaso eso es posible? Y de ser así ¿no nos convertiría en una clase de dioses poseedores de la verdad? ¿No es ese tipo de pensamiento el que ha llevado a grandes catástrofes? ¿no creían con absoluta convicción de que estaban en lo cierto aquellos que invadieron pueblos e instauraron imperios? ¿cuantos murieron por ello? ¿Y cuantos más en los atentados del 11/9? ¿y cuantos más en los secuestros que aquejan a nuestro país? Dejar de usar nuestro pensamiento crítico y no entrenarlo, es enfermarlo de apatía y cerrazón, es condenarnos a no pensar por nosotros mismos y ser gobernados por otros. Entonces la escala de valores de nuestra sociedad está intimamente relacionada con la páctica del pensamiento crítico. Pensar, reflexionar, cuestionar, investigar, opinar y volver a pensar, es lo que nos dará pautas para saber que está bien o mal.

The dark side of... THE MOM

¿Por que casi no hablan del lado oscuro de ser mamá?  Y por favor, que no se mal entienda, amo con todo lo que es posible amar a mis hijos, pero amarlos es una tarea ardua. Y no me refiero a las noches de desvelo porque deben comer cada 3 hrs cuando nacen, ni porque tuvieron fiebre, o pesadillas. Pienso más bien en esa cotidianidad cuando los angelitos parecen todo menos eso. Que la mamá que no ha perdido la calma y no se ha sentido abrumada por el stress y el exeso de trabajo levante la mano y nos contacte a las otras para decirnos como le hace... Hablo de los senos agrietados y sangrando por amamantar; de los dolores de espalda, piernas, brazos, cabeza y hasta pestañas; de no poder dormir más de 6 hr y a veces ni eso; de no comer todo lo del plato de un jalón, ni permanecer sentado haciendolo, ni evitar pipí o popó en el proceso; de que no existen días de descanso, ni libres, ni vacaciones... Hablo de como tu vida te deja de pertenecer. Ahora entiendo porque muchas en el camino, desisten de la labor y dejan de ser mamás, solo tienen hijos.

Recojí a mi nene de la escuela, yo "holaaaa, que gusto abrazo beso", él "me tiro en el piso, no quiero nada, me pongo a llorar". Vamos, nene, vamos a casa, vamos a comer. Sube al carro, por favor, es hora de irnos; bueno te subo yo si tu no subes, te tengo que subir, lo siento, es hora de irnos arriba. Te tengo que poner el cinturon, aunque llores, no puedes ir sin cinturon. ¿Porque sigues llorando todo el camino? Llegamos, abajo nene, tranquilo no te enojes, es hora de entrar a casa. ¿Por que no quieres caminar? adentro, vamos, si no vienes te llevo. Vamos a comer, a la silla, aquí tienes tu sopa, si no quieres no comas. Abajo de la silla. ¿Quieres comer? arriba de la silla otra vez, babero otra vez, sopa otra vez; ¿no quieres? no comas. Abajo de la silla. ¿por que lloras? ¿tienes hambre?... pues come. A lo que sigue, vamos a bañarte, hay que quitarte la ropa, está llena de sopa, mira en el cabello tambien tienes sopa. ¿No te quieres quitar la ropa? no te puedes bañar con ropa, ¿otra vez lloras? y ¿otra vez te tiras en el suelo? Al agua se ha dicho; ¿no te quieres bañar?, mira el pato, mira las burbujas, mira la ranita como nada, mmm no te convenzco, bueno rapido a lavar todo aunque llores. ¡Listo! afuera del agua, ¿no quieres? pero ya terminamos, solo un poco más y nos vamos. Afuera, es hora de vestirse, ¿porque no quieres? mira es crema, suave, ¿no sientes rico? tranquilo, lo hacemos rapido, ropa, pañal, cabello, ¡ya! ¿vez? Por un segundo, silencio. Libertad, a jugar: tirar los juguetes, correr, gritar, romper, meter lo que no donde no debe, explorar donde no se puede, querer lo que lastima. ¡Uff, alto! Es hora de ordenar, vamos ayuda, pon en su lugar, ¿donde va el caballo? llevalo a su casa, es hora de dormir. Quitar ropa, poner pijama, ¿no quieres? ¡que novedad!. Los dientes, di aaaaa ¿no quieres? ¡que novedad! A la cama, quieres un libro, ok, ¿otro? bueno 1 y ya. ¿Otro? no lo siento, es hora de dormir, aunque llores. Dormir. Silencio. 3 segundos de paz. Mañana será otro día y quizá, solo quizá sea más fácil.

Ahora cuando leo un poema cursi de la labor realizada por una mamá, inevitablemente me salen lagrimas. Y es que ahora los entiendo como nunca antes los entendía. Y sobre todo me veo reflejada en ellos. En el pasado no comprendí el trabajo y sacrificio que lleva a cabo una mamá. Realmente es algo difícil. Y en el momento de escribir esto siento un poco de culpa por hablar de lo "difícil", pues ¿cuantas mujeres no han sido mamás a lo largo de la historia? ¿de que privilegios gozamos la mujer moderna para poder hablar de "lo dificil que es" llevar a cabo nuestra labor? ¿acaso no estamos aquí gracias a otra mujer que hizo exactamente lo mismo por nosotros?

Cuando lo pienso, veo a una mujer de hoy, educada para ser una profesionista, una exitosa, una moderna, que puede pagar su cena cuando la invitan a salir, tiene su carro, vive sola, ocupa puestos que antes eran solo de hombres, gana más que ellos, es independiente, tiene una carrera... pero, no hay lugar para ser mamá. ¿Y si esta mujer quiere ser mamá? Entre ir al gym, ir a trabajar, limpiar la casa, hacer de comer, etc tendrá que ocuparse de otro. Pero no solo cuidarlo, una mamá, no es una cuidadora. Una mamá educa, forma, capacita, desarrolla, cuida, proteje, alenta. Esta mamá, lee libros, investiga en internet, toma cursos. Y es ahí cuando se revela lo difícil. Ser mamá es ya en sí una carrera, una profesión que no ha sido reconocida como tal en el mundo moderno.

Entonces ¿mujer o mamá? No es posible separar, hoy sé es los 2 y ahí es que podemos hablar de "lo difícil que es".  

DECIDIR ESPERANZA

Entre la timidez y el miedo, casi siempre es más el miedo lo que nos paraliza a hacer algo más allá de nuestra zona de comodidad. En cada bifurcación de mi historia, hubo un instante en que me detuve a escoger  "¿melón o sandía?" Y las primeras ideas que invaden el cuerpo ante una decisión, por alguna razón que todavía no conozco, son las ideas negativas; esas llenas de miedo y compulsivamente susurrantes "¿y si...soy alérgica al melón? ¿que tal si... la sandía no me gusta?" Pero, decidir en función del miedo, es siempre decidir mal. No importa si la decisión es la misma, el resultado no lo será.

¿Que opción existe? Hay una frase que me marcó desde hace ya hace muchos años de Jaime Pontones: "o decidimos en función de la esperanza, o decidimos en función del miedo". La opción es decidir en función de la esperanza.

En vez de pensar "¿para que escribir? seguro no lo hago bien, a nadie le interesa, ¿que caso tiene? ¿y si se burlan de mi? ¿y si no gusta? ¿y si no pasa nada? ¿y si...? ¿y si...?...." Decidir en función del miedo, es paralizarse y no hacer nada. Es dejar de vivir y dejar de aprender. Es permitir que la vida se convierta en algo que no queremos y ser espectadores.

Entonces pensar "si lo hago puede salir bien" La esperanza es sencilla, ilumina el camino y clarifica acciones, pensamientos, sentimientos, sueños, ideales, metas. Decidir en función de la esperanza es acción y vivir. Es permitir que de los errores se saque aprendizaje y crecimiento, madurez, evolucionar, avanzar.

Con el miedo se asegura el camino de perder y con la esperanza el de ganar. Por eso: Decidir esperanza.

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